¡Me había dejado la bolsa de los walkies sobre el mostrador! justo en el momento que los fantasmas iban aproximándose. Pero no tenía alternativa, a gatas me acerqué de nuevo al mostrador, lo rodeé por fuera desde la parte posterior y cuando creí estar a la altura de la bolsa me detuve.
En ese preciso momento se abrió la puerta del pasillo que tenía delante de mí.
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