jueves, 12 de mayo de 2016

BIG ONE. CAP 61


Los dos hombres del pasillo se fueron acercando caminando lentamente, con prudencia, como esperando que nosotros hiciéramos la acometida final. Ya sabían de lo que eramos capaces.

- ¡No os mováis, no os mováis ni un milímetro! Dijo Mendoza.

- Mirad al fondo. Dijo Hasan.

Tres sombras se iban haciendo visibles al final del hall. La luz que venía del exterior aumentaba de intensidad por momentos. Seguramente era lo que ellos esperaban para atacarnos definitivamente.
Héctor entonces cogió una de las dos lanzas que llevaba y se adelantó unos pasos.

- ¿Héctor, a dónde vas? ¡Héctor! gritó Mendoza.

Héctor arrancó de un golpe de pié la base de la lanza, corrió unos metros en dirección a los hombres y lanzó la percha con una fuerza inusitada. Ésta describió una veloz parábola y se clavó en la ingle de uno de los atacantes que se desplomó en el suelo. Los otros dos se separaron rápidamente hacia los lados. Héctor volvió a nuestra posición.

- Cuatro contra cuatro. A ver que pasa ahora. Dijo cogiendo la otra lanza.

En ese momento, al final del hall, aparecieron dos hombres más. Uno de ellos levantó su brazo derecho y la luz del antebrazo empezó a brillar.

- Es la orden, ahora nos atacarán. Dijo Héctor.

En ese momento los dos hombres del pasillo lateral empezaron a correr.

- Rápido, por las escaleras. Dijo Mendoza.

Nos dirigimos hacia las escaleras que teníamos en frente y que llevaban al hall del -1. Yo, que iba el último, me detuve en medio de la escalera y me quedé tumbado.
Era mi turno.

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