viernes, 29 de julio de 2016

BIG ONE. CAP 68


Bajamos por le huerto siguiendo la linterna de Nuno que conocía el paraje como la palma de su mano. Saltamos la valla con facilidad, fue agradable llegar a la calle y ver los primeros coches pasar.

- Ahora sí. Dijo Mendoza solemnemente después de comprobar que no nos habían seguido.

¡Estábamos salvados!

Nos abrazamos los cinco largamente. Un hombre paso por nuestro lado mirándonos mal. "Borrachos" se le oyó mascullar. Héctor y Hasan se fueron calle abajo. "Te llamo" dijo mi amigo Hasan haciendo el teléfono con la mano. Yo le saludé con la mía. Nos quedamos un rato en silencio Mendoza Nuno y yo.

- ¿Y bien? Dijo Mendoza previendo que algo me había quedado en el tintero.

- ¿Qué sabes de mi padre Mendoza?

El sonrió.

- Mi tío de Sallent trabajaba en la empresa de tu padre, llevaba un torno y era bueno, muy bueno. A pesar de los avisos de la familia y el encargado él seguía en las drogas, decía que no podía evitarlo. Un día tuvo un accidente de coche y se destrozó el codo. Puedes imaginártelo, operación tras operación hasta que lo despidieron. Cayó en una depresión, intento suicidarse varias veces, estaba acabado. A los pocos días de llegar, tu padre fue a verlo, se interesó por él, le dio dinero a mi tía y le dijo a mi tío que sabía que era un operario excelente y que cuando se recuperase le esperaba en la fábrica. Aún me acuerdo del día que nos lo contó a mi madre y a mí, nunca antes había visto mi tío llorar. Por eso recuperé tu móvil, por eso te vine a ver cuando supe que mientras tú trabajabas todo el verano tu padre utilizaba parte de ese dinero para ayudarnos. ¿Y sabes qué? cada vez me alegro más de haberte reunido con nosotros porque eres grande tío, muy grande; inteligente, valiente y bueno. Como tu padre.

Me emocioné. Era la primera vez que Mendoza me ofrecía una cosa amable y sincera de todo corazón.
Me abalancé sobre él y nos abrazamos largamente. Nuno sonreía.

- Ala pues, vete a casa Fran, tu padre te espera. Me dijo antes de empezar a bajar cogido de la mano de Nuno como si aún fuesen los dos hermanos pequeños que se protegían siempre el uno al otro.

jueves, 21 de julio de 2016

BIG ONE. CAP 67


El hombre miraba hacia la casa de la Culla. Sonreía mientras iba jugando con las llaves del coche.

- Una pandilla de críos, eran una pandilla de críos. Decía sin salir de su asombro.

Detrás suyo su ayudante seguía la escena con cara de gravedad.

- No te enfades hombre, estos no harán nada. Además, el accidente de hoy nos ha permitido adelantar nuestro trabajo enormemente. En pocos días no quedará rastro de nosotros.

El hombre seguía sin contestar. A él no le molestó, más bien le dio una sensación de poder. Por fin había podido decidir el desenlace del conflicto por sí mismo. Ahora veía que detener la persecución, ni que fuese en el último momento, había sido una buena decisión, la decisión acertada.
"Gracias doctor Wilson por iluminarme" pensó.
Se puso las llaves del coche en el bolsillo, se desabrochó la manga del brazo derecho y lo levantó en dirección a la casa de la Culla. Al poco rato una luz igual de potente le respondió.